Un alumno de cuarto semestre de la carrera de Electricidad Industrial pedalea y un televisor permanece encendido gracias a su esfuerzo. No es un proyecto complicado, pero no se puede negar que es práctico. Una correa dentada enlaza la rueda trasera con un alternador, que envía la corriente generada a una batería de 35 voltios.
Un inversor convierte la corriente continua en alterna (que es como la que se usa en la red doméstica), que hace funcionar un televisor. O podría mantener operando a una heladera, luces o lo que sea necesario. Con media hora de pedaleo se puede mantener funcionando un televisor durante seis horas. Costo de todo el proyecto: Bs 2.000.
Parqueo seguro
“No es nada del otro mundo”, explica Ronald Quenaya, refiriéndose al proyecto de parqueo inteligente que creó su equipo. Se instala un par de sensores de movimiento a la entrada del estacionamiento, y un panel muestra los espacios disponibles y los ocupados. El guardia pide el código académico del profesor o del alumno que está conduciendo y así se sabe quién está estacionado y en qué lugar. Por supuesto, es obvia la ventaja en seguridad que brinda el sistema.
Otra de las ideas, que explica el estudiante René Mauricio Serrudo, es un banco de prueba de motores eléctricos. Los talleres locales no lo tienen, dice, porque comprar uno puede costar entre $us 30.000 y $us 50.000. “Hicimos un estudio en varios talleres”, comenta. Los relés, conductores y un sistema para adaptar el banco de pruebas al tamaño del motor permiten ahorrar componentes. Con esa reducción, se puede ahorrar hasta un 80% del precio de un banco importado.
En la Facultad Politécnica (ubicada en los módulos) también se muestran los equipos que se usan en la enseñanza diaria de los estudiantes.
A la entrada de la muestra, un grupo de estudiantes se entusiasma con una carrera nueva: Siderurgia. “Es el futuro”, dice un alumno. “Por ahora, estamos en nivel técnico superior. Pero eso va a cambiar con el Mutún”
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