lunes, 15 de abril de 2013

El uso de fichas de estudio ayuda a rescatar textos importantes de los libros que alguna vez leímos y nos sirven en un futuro.

Advertencia, el método no está especificado solo para estudiosos, "sino para todos aquellos que pretendan hacer trabajos de investigación o sus propias tesis", aclaró la psicopedagoga Ana María Cabrera. Se trata de fichas bibliográficas, una serie de pequeñas cartulinas que contienen información básica e importante sobre libros que leyó y que luego le servirán para sustentar su propia tesis.

¿Cómo se hace? En un pedazo de cartulina de unos 5 centímetros de alto y 8 de ancho puede comenzar su trabajo. "El color de la cartulina lo puede clasificar según el género de libro que vaya a apuntar", indicó Cabrera, a tiempo de explicar que por ejemplo los libros de ética profesional pueden ser de cartulina naranja o los de contabilidad de rojo.

Sobre el llenado. Es básico que apunte en cada ficha bibliográfica "el nombre del libro, el nombre completo del autor del libro, el año de publicación, el género, su edición y una frase con la que lo identifique del resto, indicando el número de página donde encontrará esa frase", señaló Cabrera.

No pierda el orden. El truco de trabajar con fichas bibliográficas es que debe tener cada una de sus referencias ordenadas alfabéticamente. "Desde la A hacia la Z, así no habrá margen error a la hora de recurrir a ellas para hacer un trabajo de investigación", aseveró la psicopedagoga.

El beneficio. Entre los beneficios más importantes de las fichas bibliográficas, según la profesional, permite sustentar con verdaderas referencias bibliográficas cualquier investigación, desarrolla buenos hábitos de estudio, además que "nos permite olvidarnos de estudiar de forma mecánica", apuntó.

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