Muchas veces se aspira a estudiar en un campus universitario inmenso; sin embargo, matricularse en una casa de estudios pequeña puede tener sus beneficios debido a que a pesar de su tamaño reducido esto permite proveer una experiencia increíble, tanto dentro como fuera del aula.
Por ejemplo, puedes conocer a todos tus compañeros de la clase, lo cual permitirá que puedas hacer buenos grupos de trabajo. Otro punto a favor es que podrás tener a todos los profesores cuando los necesites; además formarán un vínculo que fortalecerá la relación. Por otro lado, si te gradúas de una gran institución, probablemente te encuentras con personas que asistieron allí todo el tiempo.
Si, por el contrario, te gradúas de un centro pequeño, la experiencia de encontrarte con un compañero o antiguo alumno será divertida, especialmente si ocurre en algún lugar lejano a la universidad.
Por último, las universidades pequeñas son increíbles comunidades, porque todos trabajan juntos para aprender, comprender y crecer. Asimismo, se aprende con una totalidad cohesiva en lugar de hacerlo en grupos reducidos, a diferencia de las grandes universidades. /universia.es
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