viernes, 25 de diciembre de 2015

Utepsa y NASA miden espesor óptico de la atmósfera cruceña

¿En qué días del año hay más gases de efecto invernadero en la atmósfera de la ciudad? Se puede saber con un instrumento que mide el espesor óptico. Esa información interesa a investigadores y a universidades de todo el mundo.

En la terraza de la Utepsa fue instalado hace casi tres años un medidor Cimel-Aeronet. El segundo está en el Instituto de Física de la Atmósfera, en La Paz. Es responsabilidad de la Universidad Mayor de San Andrés.

La señal de radiofrecuencia que emite este dispositivo es recogida por dos satélites que pasan por el territorio boliviano. Con esa información se configura un mapa diario, que se integra a otros mapas realizados con dispositivos colocados en Centroamérica, Asia, África, Europa y Oceanía.

Aeronet son las siglas de Aerosol Robotic Network, un sistema que mide el espesor óptico con participación de instituciones de investigación de Francia, como la Universidad de Lille y el Centro Nacional de Estudios Espaciales. Se puede consultar más detalles en http://aeronet.gsfc.nasa.gov.

Para qué sirve
Si el espesor óptico se reduce, significa que hubo más quemas y hay más contaminantes en la atmósfera. Esta información puede ser crítica para que los municipios tomen decisiones relacionadas con el medioambiente. Por ejemplo, para dictar normas de protección y de regulación.
La estación meteorológica

Además del medidor del espesor óptico, que forma parte de una red mundial, en la misma terraza Utepsa tiene una estación meteorológica. Analiza el microclima hasta cinco kilómetros alrededor del edificio, que está en el tercer anillo, entre las avenidas Busch y San Martín.

La estación mide temperatura, presión atmosférica, humedad, punto de rocío, radiación solar y mide los índices de radiación de rayos ultravioleta. Mide los tres tipos de rayos ultravioleta: los UVA, que nos envejecen, nos broncean y provocan arrugas; los UVB, que son los más cancerígenos, y los UVC, que rara vez pasan la atmósfera, pero son los más peligrosos.

Durante los primeros cinco días de septiembre, por ejemplo, la radiación fue elevada. Llegó hasta 700 watts por metro cuadrado. Luego, cuando hubo más nubosidad, bajó hasta 200, luego 50 y finalmente 11,36 watts por metro cuadrado. Es información clave para saber a qué hora aprovechar los rayos benéficos y también para saber en qué lugares es mejor colocar paneles solares.

Utepsa también está midiendo la radiación electromagnética (la de celulares y antenas) en varios puntos de la ciudad. Hasta ahora, ha detectado hasta 400 microwatts por metro cuadrado. El máximo permitido son 500 microwatts

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