En todas las universidades del mundo y en todas las carreras existen docentes exigentes. Por ello, muchos estudiantes prefieren mil veces a un "profe" más relajado y menos estricto. Sin embargo, existe más de una razón para escoger a un maestro que exija antes que uno que cede ante cualquier argumento. Conoce por qué.
Un poco de dolor es bueno. Una investigación realizada por el psicólogo K. Anders Ericsson concluyó que la experiencia necesita de más de 10.000 horas de práctica. Además afirmó que ésta llegaba cuando los profesores hacen críticas constructivas y dolorosas. Todos los estudiantes que habían mostrado un alto rendimiento eran quienes preferían tener profesores exigentes, antes que otros más simpáticos ya que eran los estrictos los que llevaban a lograr mejores resultados.
A practicar. Un estudio que demostró que aquellos estudiantes que vienen de las culturas en las que la memorización es muy importante, como en China o la Inda, tenían mejores resultados en áreas como las matemáticas. Esto demuestra que es fundamental entrenar la memoria y para eso hay que practicar y practicar.
Fallar es una opción. Aquellos que no tienen miedo a fracasar o equivocarse obtuvieron mejores resultados que los que sí lo tienen. Esto fue demostrado por un estudio realizado el año pasado con más de 100 escolares franceses que debían resolver unos ejercicios de difícil solución.
¿El estricto es mejor que el amigable? Un equipo de investigadores de la Universidad de Claremont concluyó que los profesores más estrictos adquieren mejores resultados en sus estudiantes. Si bien éstos habían asumido que los profesores más eficaces lograban mejores resultados porque daban sus clases a través de una enseñanza colaborativa y fomentando las rondas de discusión, se encontraron con que los métodos tradicionales de enseñanza, como la lectura, que eran fundamentales. El resultado se explica ya que aquellos profesores más exigentes creen que los escolares tienen el potencial para hacer buenos trabajos y que necesitan de la guía de ellos para alcanzar el éxito.
La creatividad se adquiere. Robert W. Weisburg de la Universidad de Temple llevó adelante una investigación que concluyó que no existen los genios natos. Tras estudiar la vida y el trabajo de Thomas Edison, Frank Lloyd Wright y Pablo Picasso, Weisburg, afirmó que incluso los gigantes más creativos trabajan duro para avanzar de forma gradual. La creatividad no viene de nacimiento, se aprende y hay que trabajar para lograrla.
Un poco de estrés siempre ayuda. La Universidad de Buffalo realizó una investigación que concluyó que el estrés durante la época de estudiante hace que las personas adquieran cierta versatilidad ante situaciones límites.
Lidiar con experiencias negativas hacen que las personas sean más propensas a tener una mayor resistencia en general.
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