S in duda alguna, las aplicaciones de estudios suelen ser un gran recurso para estudiar o hacer la tarea, Sin embargo, ¿cuándo realmente puedes utilizarlas? Dos especialistas indagan en el tema.
Pro y contra. Para la educadora Verónica Morón, las aplicaciones definitivamente se hicieron para facilitar las cosas. Si bien se pueden utilizar para hacer las tareas, se debe tener cuidado porque algunas tal vez pueden demorar en abrir o son lentas.
Solo para leer. Más que todo pueden servir para leer, comentó Verónica. Hay que tener cuidado, en ver si la información que brindan es correcta. Por el contrario, el utilizar un método tradicional, como leer un libro, puede ser más beneficioso y puedes tardar más en hacer el trabajo, pero garantiza la calidad.
En algunas ocasiones. La psicopedagoga Nadia Rocabado también indicó que como recurso visual pueden funcionar. Por ejemplo, se pueden emplear cuando se tiene más curiosidad o cuando se carece de recursos económicos para realizar una investigación exhaustiva a los elementos en físico y se tiene que recurrir al digital.
Te pueden perjudicar. Ahora, tampoco hay que abusar de estas herramientas, porque si bien facilitan el estudio, también pueden volver al estudiante dependiente. “Nos puede quitar otras técnicas de estudio como leer libros o subrayar”, apuntó la profesional.
Valora si lo necesitas. Por ello, Rocabado resaltó que hay que buscar el equilibrio al utilizar las aplicaciones, es decir, valorar en qué momento puede ser ideal su utilización. “Ser dependiente de la tecnología no es bueno, porque cuando falla nos deja en una situación delicada”, expresó.
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