Somos unos 1.600 docentes para poco más 80.000 estudiantes, faltan profesores para la universidad pública (Gabriel René Moreno), así lo aseguró el presidente de la Federación Universitaria de Profesores (FUP), Sergio Justiniano. Según el líder de los docentes en la UAGRM, este es un problema que arrastran todos los años, es por ello que cada gestión buscan más docentes, "pero si no hay recursos no se puede hacer mucho", aseveró. Sin embargo, el vicerrector de la UAGRM, Osvaldo Ulloa, aseguró que no hay déficit de profesores, "sino falta de recursos para pagar a los actuales".
Crecimiento desigual. De acuerdo a la versión de Justiniano, el crecimiento vegetativo de los estudiantes no es igual que el de los docentes. "Cada año, cientos de estudiantes ingresan a las diferentes carreras, mas no pasa lo mismo con los docentes, que deben de pasar una serie de pruebas y trámites", destacó. Justiniano aseguró que las carreras de medicina, derecho, ingeniería industrial, petrolera, "es decir, las que tienen más demanda", son las que menos docentes tienen "y peor aún si se trata de los primeros semestres", apuntó Justiniano, a tiempo de indicar que a medida que pasa el tiempo, se reduce la cantidad de alumnado.
Ralidad. Actualmente hay cursos, "sobre todo en los primeros semestres", donde el docente pasa clases hasta con 120 estudiantes, "incluso yo tengo un grupo de 80 alumnos", reveló Ulloa. Mientras que el Reglamento de Universidades Privadas establece un número máximo de 50 alumnos por aula y si se trata de un laboratorio, hasta 25.
Lo que debería ser. Ulloa consideró de que lo idóneo sería grupos de 30 alumnos por docente dividiendo un grupo de 100 estudiantes entre tres, "aunque, siendo realistas, este número se reduciría a 5 estudiantes a medida que se avanza, porque los chicos abandonan, desisten y dejan la universidad", lamentó Ulloa.
En qué le afecta al estudiante. La psicopedagoga, Nadia Rocabado señaló que el efecto de tener un docente con más de 70 o en su defecto hasta 120, como sucede en algunas materias, "puede ser dañino para el estudiante, porque se perdería el sentido de seguimiento que debería ejecutar el docente con sus alumnos", especificó, a tiempo de indicar que el exceso de estudiantes también puede lograr que la calificación sea meramente cuantitativa, "sin observar otros aspectos más que el numérico de los valores de cada trabajo práctico o examen", concluyó.
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