Si elegir una carrera es complicado, meditar un cambio puede ser muy traumático para los jóvenes. Las universidades cuentan con servicios de orientación que tienen la tarea de brindar apoyo a los jóvenes.
¿Tiempo perdido?. El sentimiento de culpa por el tiempo perdido es el común denominador entre los jóvenes que desean realizar un cambio de carrera, a esto se suma el miedo y la vergüenza acerca del qué dirán en el entorno cercano al universitario.
Según Gonzalo Fernández, coordinador de Bienestar Estudiantil de la Utepsa, lo primero que se debe hacer en este caso es reconocer que no ha sido la decisión correcta y comenzar a trabajar para que esta vez la elección sea acertada. "No es tiempo perdido, en todo caso ese lapso ha servido para conocer hacia dónde desea llegar en el ámbito profesional", destacó.
No es bueno acelerarse. Es muy importante que los estudiantes acudan a centros de orientación profesional. Actualmente todas las universidades cuentan con unidades que trabajan en este sentido.
Aunque no es lo más común, existen casos en los que no es que la carrera sea la equivocada, sino que es la metodología de estudio la que genera estas dudas. "Puede ser que sea falta de organización y no sea necesario un cambio de carrera pero para ello es necesario conversar con los jóvenes para conocer sus inquietudes”, destacó Esther Sánchez, coordinadora del Centro de Jóvenes y Empleo.
Si el cambio de carrera es inminente, el reto consiste en elegir otra que logre satisfacer los intereses del futuro profesional. "Deben tomar en cuenta que la elección de la profesión, forma parte del proyecto de vida a largo plazo", destacó Fernández.
Gestione su tiempo. Una pasantía, o incluso trabajo voluntario, dentro del área de su nueva carrera puede ser otra alternativa para conocer si realmente lo que desea estudiar cumple con sus expectativas.
Elegir la carrera es todo un proceso, no solo un test
La elección de una carrera es todo un proceso que idealmente debe demandar unos dos años de evaluación y autoconocimiento.
Existen algunas instituciones que elaboran un test vocacional para definir la carrera; sin embargo, no es suficiente, este proceso debe ser personalizado y tomar en cuenta muchos otros aspectos.
Según Lucía Córdova, lo ideal es iniciar el proceso dos años antes de culminar el bachillerado. "Los estudiantes no solo no saben más, sino que deben reforzar sus conocimientos, según la opción que escojan", explicó.
En la elección debe haber un equilibrio entre las aptitudes (habilidades) y las actitudes (lo que les gustan) que tienen los jóvenes, la personalidad también debe ser tomada en cuenta.
Los estudiantes también tienen que realizar un análisis de la carrera que desean estudiar ya que existen algunas que aún teniendo el mismo nombre tienen una malla curricular diferente lo que a su vez cambia el enfoque al cual está dirigido.
Finalmente el apoyo familiar es fundamental en la elección, aunque también deben darle autonomía a la hora de elegir. "La familia debe acompañar la decisión del bachiller", concluyó Fernández de Córdova.
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