Las clases universitarias están basadas por constantes exposiciones grupales y personales o discursos. Por ello, el exrector de la universidad estatal, Reymi Ferreira, señaló que es importante que un estudiante aprenda a improvisar; sin embargo no hay que confundir que la improvisación es “hablar por hablar”, es decir cuando no se conoce el tema o se quiere salir del paso. Al contrario, es cuando habiendo preparado bien el tema, lo exponen como si se gestara en ese momento, utilizando las propias palabras y el propio estilo. "Es una exposición original, viva, utilizando las ideas que se van presentando".
A tomar en cuenta. Miguel Montenegro, del centro resplandor, señaló que meditar y anotar en un borrador los puntos o preguntas principales son claves. Pero que estos no deben pasar de cinco puntos específicos. Es aconsejable recurrir a la mayor cantidad de bibliografía posible.
1 Las personas que quieran improvisar deben estar preparadas y dominar el tema. No se puede hablar de lo que no se conoce, es preciso referirse a una cosa, sea intelectual o afectivamente. Recuerde que hablamos de lo que pensamos, creemos, sabemos o nos interesa.
2 Existe una regla de oro para evitar salirse del tema: “Digo lo que voy a decir, lo digo, y digo que lo he dicho”; es decir, la introducción, cuerpo y conclusión. Sin embargo el título del tema debe reflejarse en todo el desarrollo de la exposición, caso contrario se equivocó al elegir el título.
3 Es importante que al iniciar una exposición deben estar sueltos, libres y entusiastas, puesto que eso ayudará en la improvisación. Es necesario cultivar los ejercicios básicos de relajación, respiración y una actitud mental positiva. Póngale buen humor a su exposición y la improvisación le saldrá natural.
4 Para sazonar la improvisación hay que utilizar ejemplos e ilustraciones, alguna experiencia personal, una lectura reciente, una anécdota, pensamientos, etc., relacionados con el tema. Conocer de memoria ciertas cifras, algunos acontecimientos; el comienzo y el final del discurso, leer los textos delicados. Improvisar el resto del tiempo, y en todos los casos, respirar, tomarse unos momentos de silencio, gesticular, mirar al auditorio.
5 Si ustedes creen que es necesario para sus exposiciones, una pizarra, un papelógrafo, un proyector de transparencias o un proyector multimedia, no duden en utilizarlo. Lo visual facilita la captación y evita que los ojos del público se concentren solamente en el expositor.
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